domingo, 13 de dezembro de 2009

Lite era turra... pobrecita...

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Natal, 04/12/2009 – 01h 27m



“La muerte es el otro lado”. Se había acordado de esta frase antes de levantarse, exactamente a las siete horas y diecinueve minutos. Pensaba, al lado de la alcoba donde su hermano lo había visto por primera vez veintisiete años antes, que en este detalle se habían equivocado, y aún se equivocarían, muchos poetas y filósofos.

– La vida es el otro lado – decía mientras caminaba en el baño.

Nosotros, los vivos, vivimos la muerte. La muerte cotidiana. La muerte constante de los segundos que se nos van. Luego los minutos, los meses. A veces son tristes los años, sin embargo sigue la muerte. Nos mata la piel con el sol ardiente; está más viva en cada pelo que se nos cae. Con el nuevo día vienen las canas, viene la certidumbre de que, a la vez, despacito, paso a paso, todo se muere.

– Todo – pensaba mientras se afeitaba. Pensaba.

“¡Levantate, hijo de puta! Hay un día de mierda afuera, lo tenés que vivir ¡Despertá, carajo! Mirá… mirame”.

La misma pesadilla todas las noches mientras dormía.
La misma pesadilla todos los días mientras moría.